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El papel del sector educativo en la construcción de un futuro sostenible y eficiente

El papel del sector educativo en la construcción de un futuro sostenible y eficiente

El cambio climático está entre las principales preocupaciones de la sociedad. Así lo refleja el informe ‘Transatlantic Trends 2023’

El cambio climático está entre las principales preocupaciones de la sociedad. Así lo refleja el informe ‘Transatlantic Trends 2023’, realizado a partir de 21.000 encuestas de opinión en 14 países: el interés por este asunto ha crecido en más de un 7% en el último año a nivel global e incluso en España es el principal motivo de inquietud (29%) de la ciudadanía, por delante de otras cuestiones como la inmigración (19%) o la guerra de Ucrania (13%).

 

Por lo tanto, gobiernos e instituciones ven ya el medioambiente como un asunto prioritario en sus agendas y trabajan activamente para implantar medidas efectivas que garanticen un futuro sostenible a las generaciones venideras. Y, dentro de estas políticas, la educación es un pilar fundamental por su capacidad para formar a los niños y jóvenes en el desarrollo sostenible.

 

Y es que, mientras el presente es nuestro, el mañana es de ellos. De ahí que, como indica la UNESCO, sea vital la transmisión de un legado a las futuras generaciones —en forma de conocimientos, valores, competencias y acciones— para atajar cuanto antes la amenaza de crisis climática.  

 

Cambiar el mundo desde las aulas

En una ocasión, el escritor León Tolstói dijo: «Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo». Se trata de una frase que, dada nuestra capacidad para moldear nuestro entorno, nos invita a reflexionar sobre la importancia de vernos como los auténticos motores del cambio.

 

Así, la apuesta social e institucional por la sostenibilidad necesita ir de la mano con programas educativos que promuevan —dentro de las aulas— la creación de una concienciación ambiental y el uso responsable de la energía. Planes que, durante todo el proceso formativo, transmitan a los niños y jóvenes la importancia de vivir en armonía con el planeta y, a la vez, les proporcionen las claves para llevar a la práctica estos principios. 

 

La formación es clave para hacer avanzar a la sociedad

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) incide en esta idea al aseverar que «la falta de formación y capacidades profesionales son un obstáculo para hacer realidad la transición hacia una economía verde en buena parte de los sectores de nuestra economía: energías renovables, eficiencia en el uso de la energía y de recursos, así como en la renovación de los edificios, construcción, servicios ambientales e industria».

 

Pero, ¿cuál es la situación actual a nivel global? Lo cierto es que todavía queda mucho trabajo por hacer, porque a finales de 2021 la UNESCO ya advirtió de que, tras analizar los datos de 100 países, tan solo el 53% de ellos contaban con planes de estudio nacionales que hicieran referencia al cambio climático. Mientras que menos del 40% de los docentes encuestados confiaban en enseñar sobre ello, y solo alrededor de un tercio aseguraban ser capaces de explicar los efectos de este problema en su región o localidad. 

 

La sostenibilidad en la educación como ejemplo para la sociedad

Para mejorar esta situación, las administraciones encargadas del control y de la regulación del sistema educativo ya se están poniendo en marcha para la educación ‘verde’ de sus niños y jóvenes. En España contamos con el Plan de Acción de Educación Ambiental para la Sostenibilidad (PAEAS), una «herramienta clave para reforzar el papel de la sociedad como agente de cambio en el proceso de transición ecológica». Y, en el ámbito comunitario, la Comisión Europea publicó en 2022 una Propuesta de Recomendación del Consejo para que los estados miembros incentiven el aprendizaje para la sostenibilidad medioambiental.

 

Gracias a medidas como estas, los niños y jóvenes podrán adquirir los conocimientos necesarios para vivir de manera sostenible. No obstante, no deberían de ser las únicas, ya que, para que realmente calen estos mensajes, el sector educativo también necesita formar desde el ejemplo: implantando medidas efectivas para lograr la descarbonización de su actividad y, con ello, para la creación de espacios de enseñanza eficientes y sostenibles.   

 

La salud, un motivo fundamental para el cambio

La salud, un motivo fundamental para el cambio

Por sus características, el sector educativo no está entre las más contaminantes. Sin embargo, tiene razones de peso para asumir como suya esta problemática: desde los contratiempos presupuestarios que han sufrido numerosos centros de enseñanza españoles —principalmente universidades— por la reciente crisis energética; a las evidencias científicas cada vez más contundentes de que la presencia de agentes contaminantes en los colegios afecta a la salud, al desarrollo y a la capacidad de memorización de los menores.

 

Existe una preocupación social por el impacto de la contaminación en el bienestar de los niños y jóvenes estudiantes. Y esta se plasma en nuevas investigaciones, como la publicada por ‘El País’ a principios de 2022 y que expone los altos valores de dióxido de nitrógeno (NO₂) presentes en numerosas escuelas de educación de infantil y primaria de ciudades como Madrid y Barcelona.

 

Aquí es donde entra un tercer catalizador para el cambio que se suma al económico y sanitario: el reputacional. Porque, demostrando su compromiso sostenible, las instituciones educativas pueden garantizar unos entornos de estudio adecuados para sus alumnos y, de paso, reforzar su imagen ante los ojos de una sociedad cada vez más implicada con el medioambiente.

 

La sostenibilidad, una oportunidad perfecta para la innovación

Por todo lo dicho, los centros educativos deben responder al desafío medioambiental con estrategias que contemplen, entre otras medidas, la reducción de sus emisiones de gases nocivos, el control en el uso de sustancias y materiales que incluyan compuestos orgánicos volátiles (COV) —como productos de limpieza o mobiliario—, la gestión de los residuos o la electrificación de sus actividades.

 

Un proceso que no es sencillo, pero que invita a hacer de la necesidad una virtud. No en vano, también ofrece un magnífico pretexto para innovar e invertir en nuevas metodologías y tecnologías que favorezcan la sostenibilidad en el sector. Soluciones que, además de las ya comentadas, también brinden otras ventajas de gran valor social, como todas aquellas relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

 

La importancia de la electrificación para la sostenibilidad del sector educativo

De todas las líneas de actuación para el sector, la electrificación destaca como una de las más importantes por méritos propios. Fundamentalmente, porque en un contexto donde la presencia de gases y partículas contaminantes condiciona la habitabilidad de los espacios, y en el que los costes energéticos determinan la rentabilidad de los proyectos, los centros de enseñanza deben priorizar las medidas de descarbonización y de generación de energía limpia.

 

Para ello, el sector puede implicarse desde la base, apostando por la arquitectura sostenible para la construcción de edificios inteligentes y eficientes. O también puede invertir en iniciativas para adaptar y mejorar las infraestructuras ya existentes en los edificios e instalaciones, como aquellas que impliquen trabajos de electrificación.

 

 

La electrificación, el camino más corto para cumplir la agenda medioambiental

Hasta el momento, más de un millar de universidades y colegios de 68 países se han comprometido a reducir a la mitad sus emisiones contaminantes para 2030 y alcanzar unas emisiones netas cero para 2050. Y, con este objetivo en mente, muchos de estos centros ya han optado por incorporar soluciones de electrificación. Como, por ejemplo, las enfocadas a la autogeneración de energía mediante placas fotovoltaicas, a la gestión de activos y al control de la climatización y el confort en sus instalaciones.  

 

Así, en nuestro afán por ofrecer soluciones energéticas innovadoras para la reducción de la huella de carbono, en Endesa X también trabajamos con las instituciones y empresas del sector educativo para la adopción de medidas sostenibles que incluyan el acceso a productos de eficiencia energética, la instalación de soluciones térmicas y fotovoltaicas o la realización de auditorías energéticas.

 

Y estos proyectos son una buena muestra:

  • Iniciativa junto al grupo educativo Globeducate: hemos llevado a cabo 9 instalaciones fotovoltaicas en colegios españoles y actualmente participamos en su programa Eco-Week para enseñar la importancia de las energías renovables.
  • Instalación de plantas solares para el autoconsumo de 13 centros de micampus: la segunda mayor plataforma de residencias de estudiantes de España se beneficia de una potencia instalada de 1,1 MWp, gracias a la instalación de más de 2.100 módulos fotovoltaicos en residencias de diversas ciudades españolas como Getafe, Oviedo, Santander, Alicante, Málaga o Murcia.
  • Construcción y puesta en marcha de 8 plantas solares fotovoltaicas en la Universidad de Alicante: 6 edificios y 2 aparcamientos tendrán acceso a una potencia total de 2 MWp, lo que evitará la emisión a la atmósfera de 772,1 toneladas de CO2 anuales.
  • Programa de autoconsumo junto a la Universidad Complutense de Madrid: con el apoyo de Endesa X, la universidad presencial más grande de España se ha iniciado en el autoconsumo solar a través de la construcción y puesta en marcha de 14 plantas solares fotovoltaicas, con una potencia total de 1,4 MWp y una producción anual de 1.952 MWh.
  • Transformación energética de la Universidad de Burgos: la institución podrá llegar a cubrir hasta el 28 % de su demanda de energía gracias a las 10 plantas solares fotovoltaicas instaladas en los tejados de 8 de sus edificios. Con ello, reducirá sus emisiones a la atmósfera en 551,8 toneladas de CO2 anuales, el equivalente a la capacidad de absorción de 3.305 árboles al año. 

 

Infografía: EndesaX aliado fundamental para implantación de medidas sostenibles en educación

Un objetivo ilusionante, pero también lleno de retos

Todas estas medidas son un paso adelante muy importante para que el sector educativo lidere la necesaria transición hacia fuentes de energía más eficientes y sostenibles. Y aunque las metas que nos hemos marcado son ilusionantes, no podemos olvidar que aún estamos bastante lejos de alcanzarlas. De hecho, es fundamental el compromiso de todas las personas, empresas e instituciones implicadas para superar sus retos más desafiantes. Entre ellos: la falta de una infraestructura adecuada, la necesidad de formación del profesorado en materia ambiental, la brecha tecnológica y la existencia de desigualdades en el acceso de los estudiantes a las herramientas digitales, los costos aparejados a la innovación o la dificultad para dejar atrás algunas prácticas contaminantes muy arraigadas.

 

En Endesa X miramos al futuro con optimismo y estamos listos para ayudarte a participar del cambio. Nuestro planeta necesita una educación comprometida, sostenible y eficiente… y juntos podemos hacerla realidad. ¿Te animas a comprobarlo?