La energía eólica se consigue a través del viento. Es una energía cinética generada por las corrientes de aire que se transforma en otras formas de energía útiles para nuestro día a día. Las ventajas de la energía eólica son muchas: son un recurso abundante, renovable y limpio y, gracias a ella, en 2014 se redujo la emisión de CO2 a la atmósfera en 71,5 millones de toneladas, el equivalente a las emisiones totales de Portugal en un año.
Aunque se conoce su poder desde la antigüedad, no fue hasta 1980 cuando esta energía limpia y renovable sufrió un verdadero impulso y, desde entonces, sigue creciendo gracias a sus enormes ventajas tanto medioambientales como económicas.
Ventajas medioambientales de la energía eólica
- El viento es un recurso inagotable, lo que convierte a la eólica en una energía 100% renovable.
- Es una energía limpia y no contaminante: cada megavatio eólico instalado, evita la emisión de 2.900 toneladas de CO2 a la atmósfera.
- Los parques eólicos son fáciles de desmontar una vez dejen de ser útiles y no dejan huella, por lo que se puede reutilizar el terreno para otros fines.
Ventajas económicas de la energía eólica
- La producción de un megavatio/hora (MWh) de energía eólica aporta más al Producto Interior Bruto (PIB) que el producido con gas.
- Genera 5 veces más puestos de trabajo que las energías convencionales.
- Es una energía autóctona, es decir, no hace falta importarla.
El principal uso de la energía eólica es la generación de electricidad mediante la utilización de máquinas eólicas. Esto puede hacerse a gran escala, como en los parques eólicos cuya generación de importantes cantidades de electricidad es capaz de abastecer a una población de millones de personas, o a una escala mucho menor, abastecer de electricidad a una vivienda.
Actualmente, la energía eólica es la más madura y eficiente de las energías renovables. No contamina, es inagotable y reduce el uso de combustibles fósiles, ayudando a frenar el calentamiento global y a evitar las emisiones de CO2.