Se trata de un interesante estudio sobre las perspectivas de futuro que se perfilan para el sector energético, analizadas desde el actual contexto de inestabilidad social, política y económica.
El punto de partida de este trabajo es la incertidumbre que la guerra de Ucrania ha creado en el sector. El conflicto ha desencadenado una crisis que, inevitablemente, ha alterado los ya complejos procesos de transición ecológica que estábamos abordando. Y es que, al depender estos de múltiples variables, el camino a recorrer se ha vuelto más complicado.
Así, frente a nosotros se nos abren diferentes perspectivas, y que acabe imperando una u otra dependerá, a medio y largo plazo, de factores como la evolución de los costes y de las políticas o la velocidad del progreso tecnológico. De ahí la importancia de que diseñemos políticas para abordar sus grandes amenazas actuales, como la escasez de materiales y los cuellos de botella de la producción.