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Tipos de bombilla, desde el siglo XIX hasta la actualidad

Tipos de bombilla, desde el siglo XIX hasta la actualidad

Thomas Alva Edison patentó la bombilla incandescente de filamento de carbono en enero de 1880

 

 

Thomas Alva Edison patentó la bombilla incandescente de filamento de carbono en enero de 1880. Esta fue la primera bombilla comercialmente viable, lo que permitió que se generalizara su uso más allá de los laboratorios donde había sido creada. Poco a poco, los distintos tipos de bombilla se han convertido en una parte indispensable de la vida de las ciudades y, a lo largo del siglo XX y principios del XXI, ha ido evolucionando hasta el desarrollo de bombillas mucho más eficientes que ya forman parte de nuestro entorno más inmediato:

 

●     Incandescente tradicional

 

Se trata de la tecnología usada por los primeros modelos de bombillas. Su funcionamiento está basado en una corriente eléctrica que calienta el filamento del foco hasta conseguir que este brille. El gran problema que presenta este sistema es que solo el 15% de la energía se utiliza en generar luz, mientras que el 85% restante se desperdicia en forma de calor.

 

●     Incandescente halógeno 

 

Este tipo de bombillas utiliza gas halógeno como el yodo dentro del foco. Gracias a esto, se evita que el filamento se desgaste rápidamente y se consigue más cantidad de luz. Aún así, la mayor parte de la energía se pierde en forma de calor.

 

●     Fluorescente compacto

 

En el caso de este tipo de bombillas, el gas se encuentra localizado en un tubo de CFL que arroja fotones ultravioleta que reaccionan gracias al recubrimiento del foco y emite luz visible. Este tipo de bombillas reduce con creces el desperdicio de energía, que se divide prácticamente a partes iguales entre luz y calor. Además, su ciclo de vida es mucho mayor que el de sus predecesoras, llegando a alcanzar hasta las 10.000 horas de funcionamiento.

 

●     Tecnología LED

 

Finalmente, llegamos a la tecnología más avanzada y eficiente con la que contamos hoy en día. Un foco de LED contiene varias unidades semiconductores que emiten luz cuando se le aplica electricidad. A diferencia de los modelos anteriores, la tecnología LED emplea la mayor parte de la energía en generar luz y menos de la mitad en producir calor. Además, su vida útil puede llegar hasta las 20.000 horas de funcionamiento, por lo que es, con diferencia, la opción más eficiente a la hora de escoger entre distintos tipos de bombillas.