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¿Sabes cuál es la temperatura ideal en casa para poner la calefacción?

Aunque depende de las personas, esta temperatura perfecta oscila entre los 19 y 21 grados centígrados

Al igual que en verano el aire acondicionado no debe ponerse excesivamente fuerte, cuando llegan los fríos días de invierno también debemos tener en cuenta cuál es la temperatura perfecta a la hora de regular la calefacción.

 

En este caso, y siguiendo las indicaciones y recomendaciones de IDAE ( Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) debemos calcular cuál es la temperatura ideal en casa. Es aquella con la que nos encontramos más a gusto en el día a día y en condiciones normales. Aunque depende de las personas, esta temperatura perfecta oscila entre los 19 y 21 grados centígrados. Esa es la temperatura a la que deberemos regular nuestra calefacción. Aunque para las noches se recomienda bajar algunos grados la calefacción, hasta alcanzar los 15 y 17 grados centígrados. Esta sería la temperatura perfecta para poder dormir.

 

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Los inconvenientes de subir o bajar grados

 

Como decimos, la temperatura perfecta para el día debe estar entre los 19 y 21 grados. Se calcula que a partir de los 23 ºC el aire empieza a resecarse. Y esto puede conllevar que estemos más incómodos.

 

Cada grado que subimos conlleva perder esta temperatura perfecta. Y, además, también supone pagar más en la factura de la calefacción. Basta pensar que cada grado que subimos la temperatura conlleva un 7% de encarecimiento del recibo de la luz.

 

Pero, al mismo tiempo, tampoco se recomienda bajar de estos 15 grados de temperatura perfecta nocturna. No solo porque perdemos esa zona de confort, sino porque volver a calentar la estancia supone también un aumento importante en la factura.

 

De nuevo, el uso de los termostatos, especialmente los inteligentes, pueden ser nuestro gran aliado para gestionar apropiadamente la calefacción. Con estos dispositivos podrás conocer la temperatura exacta en cada habitación y en cada momento. Algunos termostatos incluyen modos de eficiencia, lo que permite que la temperatura se mantenga siempre en los márgenes recomendados para ahorrar en consumo.

 

Las casas inteligentes están equipadas con sistemas y dispositivos que se 'comunican' con el usuario y entre sí para ahorrar energía, simplificar el día a día y aumentar la seguridad y el confort.

  • Conectividad: Una casa inteligente es capaz de aprender y adaptarse a tus necesidades, pudiendo controlarla de forma remota.
  • Eficiencia: Los sistemas domésticos inteligentes optimizan el consumo en función de los hábitos del hogar y reducen las emisiones.
  • Ahorro: Las casas inteligentes consumen menos y mejor. Así, conseguirás ahorrar tanto a corto como a largo plazo.