La caldera, además de ofrecernos calefacción en nuestro hogar, también es la responsable de que podamos ducharnos con agua caliente. De hecho, este equipamiento es el que calienta el agua para que vaya a nuestros grifos o a nuestros radiadores. Pero, ¿qué pasa si detectamos que la caldera enciende pero no calienta el agua? ¿Qué debemos hacer?
Lo primero, como siempre, es no alarmarnos. A veces el fallo puede ser algo tan sencillo como comprobar que no hemos cerrado la llave de paso del agua (tanto la de la caldera en sí como la general de la casa). También debemos asegurarnos de que el suministro de gas o de electricidad funcionan correctamente.
En este repaso también debemos comprobar los niveles de presión. Recuerda que, generalmente, esta debe estar sobre los 1,2 y 1,5 bares y que puedes aumentarla abriendo la llave de llenado.
Si hay algún fallo que detecta la propia caldera, es posible que se iluminen algunas luces o que incluso aparezca algún código de error. Comprueba también que las pilas del controlador remoto funcionan adecuadamente (no sería la primera vez que el error es simplemente ese, que se han agotado las baterías del control remoto).