En todas las instalaciones eléctricas existen una diversidad de receptores (motores, alumbrados, compresores, equipos electrónicos, bombas, ordenadores, climatizadores, ascensores, etc.) que crean en su interior un campo magnético y/o eléctrico, que les lleva a generar y/o consumir la denominada Energía Reactiva.
Esta energía no genera trabajo útil, pero es necesaria para el funcionamiento de esos receptores y podemos clasificarla de 2 clases: Inductiva y Capacitiva. Un exceso de consumo de reactiva supondrá: Penalización en tu factura, Sobrecarga de las instalaciones, Disminución de la vida útil de los equipos.