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Tractores eléctricos para una agricultura (realmente) ecológica

Tractores eléctricos para una agricultura (realmente) ecológica

Los vehículos agrícolas eléctricos, una pieza fundamental para la producción sostenible de alimentos y la reducción de gases de efecto invernadero

 

 

Los vehículos agrícolas eléctricos se perfilan como una pieza fundamental para la producción sostenible de alimentos y la reducción de gases de efecto invernadero del sector agroforestal, causante del 20% de las emisiones a nivel global.

 

El planeta tiene un problema; más bien siete mil millones de problemas. Siete mil millones de bocas que alimentar. El sector agroalimentario y forestal es causante de uno de los mayores impactos sobre el medioambiente, y quizá uno de los más difíciles de solventar, debido a que la alimentación es un derecho fundamental y una necesidad básica de la población mundial. ¿Habeís oído hablar de los tractores eléctricos?

 

Agricultura y cambio climático 

 

Cada vez tomamos más conciencia de los productos que comemos y cómo los cultivamos, especialmente para protegernos como consumidores de los riesgos para la salud que pueden suponer, por ejemplo, el uso de sustancias químicas en la producción. Sin embargo, a menudo olvidamos todas las implicaciones que nuestros hábitos tienen no sólo sobre nuestro bienestar, sino sobre el planeta.

 

La agricultura y la ganadería están contribuyendo al cambio climático del planeta, y si no actuamos ya, pronto el clima podrá hacer inviable el cultivo de muchos de los alimentos que consumimos: pan para hoy, hambre para mañana.

 

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), “especialmente en zonas tropicales el aumento de las temperaturas incrementará la evaporación y reducirá la humedad del suelo. Muchas zonas serán inservibles para el cultivo y las praderas tropicales serán cada vez más áridas”. “El calentamiento –prosigue el informe de la FAO- expandirá el área geográfica de las plagas agrícolas y las hará más persistentes durante el año”.

 

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La agricultura y la ganadería es la actividad humana que ocupa un mayor territorio –un 37% de la superficie terrestre- y emplea dos tercios del agua consumida por el ser humano. Es también una de las causantes de la contaminación de los recursos hídricos, por los fertilizantes, los pesticidas químicos y el estiércol de las grandes explotaciones ganaderas.

 

Además, es causante del 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero a escala global, según confirma la FAO. Pero no todo son malas noticias: la agricultura también puede contribuir a la lucha contra el cambio climático. “Con una reducción del 50% de emisiones procedentes de combustibles fósiles y la agricultura de conservación se podrían ‘secuestrar’ de la atmósfera hasta una tonelada de CO2 por hectárea de tierra cultivada”, apunta el estudio de la FAO.

 

Las cosechas, mediante la fotosíntesis, absorben dióxido de carbono, que ‘secuestran’ de la atmósfera convirtiéndolo en oxigeno que liberan a la atmósfera y carbono que utilizan para crecer. Sin embargo, su efecto beneficioso se ven contrarrestado por la combustión de combustibles fósiles de maquinaria durante la producción.  

 

Tractores eléctricos y autónomos

 

“La maquinaria agrícola camina hacia la sostenibilidad medioambiental. Hay que alimentar a una población cada vez mayor, pero los sistemas de obtención de esa producción tienen que ser distintos y la maquinaria va hacia equipos de altísimo nivel, hablamos de GPS, de drones, de análisis de la tierra para saber qué productos hay que aplicar”, explicó el presidente de la Asociación Nacional del Sector de Maquinaria Agrícola y Tractores (ANSEMAT), Alfonso Tajada, en una entrevista reciente. “Distintas multinacionales y marcas conocidísimas ya están desarrollando tractores eléctricos y dicen que podrían estar disponibles en el mercado de la maquinaria agrícola en 2020. Los tractores sin conductor son ya una realidad en la que ya se trabaja. El cambio es impresionante”.

 

Los grandes del sector, como John Deere y Fendt, ya cuentan con prototipos listos para su lanzamiento. La mayoría de los tractores cuentan con motores eléctricos independientes para la tracción del vehículo y el manejo del sistema hidráulico de cosecha como arados y grúas, para mejorar la eficiencia.

 

El gigante norteamericano presentó su John Deere SESAM, con 400 caballos de potencia y una batería separada para el manejo de aperos, con más potencia que un Tesla, que se pueden utilizar sin que el tractor esté en marcha y sin el pesado traqueteo de un motor diésel. Además, el fabricante asegura que el nuevo vehículo precisará un menor mantenimiento que un tractor convencional.

 

La casa alemana Fendt, por su parte, ha empezado a probar el e100 Vario, de menor tamaño que el John Deere, y una potencia de 50 kW, que puede funcionar hasta cinco horas en condiciones de uso reales. La fuente de energía es una batería de iones de litio de alto rendimiento de 650 V con una capacidad aproximada de 100 kWh.  Un conector CCS tipo 2 normalizado permite recargar la batería en 40 minutos hasta un 80%.

 

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Si en la granja se utiliza la energía renovable – como biogás, energía solar o eólica-, la carga y el funcionamiento de la máquina es neutral respecto al CO2 y, además, sumamente económico. Al mismo tiempo, la potente batería puede almacenar el exceso de energía y realimentar la red.

 

Pero la revolución en la agricultura no sólo va a llegar a los países occidentales, sino, que es fundamental que encuentre también un lugar en las grandes superficies de los países en desarrollo que sin duda precisarán de un mayor incremento de sus producciones. El fabricante indio Escorts Group ha presentado también un pequeño tractor de 19Kw de potencia que quiere convertirse en el utilitario de las explotaciones del país más poblado del mundo.

 

En resumen, el perfecto compañero para el granjero, un gran paso contra las emisiones y también para el bolsillo porque el consumo de diésel es historia.