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10 claves para avanzar en la electrificación

La electrificación del sector energético en el tramo del consumo final es una estrategia fundamental para alcanzar las metas del Acuerdo de París

 

 

La electrificación del sector energético en el tramo del consumo final es una estrategia fundamental para que consigamos alcanzar las metas que nos hemos establecido en el Acuerdo de París. La década pasada supuso grandes avances en el desarrollo de energías renovables, pero en esta debemos avanzar hacia la mayor electrificación posible. Solo de esta manera será viable alcanzar la descarbonización total del sector energético.

 

Y, para llevar a cabo una estrategia exitosa de electrificación del sector energético en el tramo del consumo final, es necesario tener en cuenta estas claves:

  1. La electrificación es la vía más eficaz para acelerar el proceso de descarbonización, tan necesario para combatir el cambio climático. Por eso, tras una exitosa década en el avance hacia el uso de energías renovables, es preciso que ahora apostemos por la electrificación en el tramo del consumo final. 

  2. Para alcanzar los objetivos establecidos en el Acuerdo de París es necesario acelerar la electrificación en el ámbito del consumo final. Esta meta solo podrá conseguirse con un despliegue muy amplio de las energías renovables, algo para lo que ya contamos con la tecnología necesaria y que las políticas públicas deben incentivar. 

  3. La electrificación es la estrategia más efectiva, desde el punto de vista económico, para conseguir la descarbonización en el consumo energético final en el transporte, edificaciones e industria. Los ejemplos que lo demuestran son múltiples y muy diversos, pero por señalar alguno, los vehículos eléctricos son 5 veces más eficientes que uno de combustión interna y 2.3 más que uno de hidrógeno. 

  4. La electrificación supone beneficios para la sociedad en su conjunto y para el Planeta. Por un lado, porque se estima que el gasto energético medio de un hogar europeo se reducirá en un 40%. Pero además gozaremos de un aire más limpio, derivado en buena medida de la reducción en la emisión de gases de efecto invernadero (en un 80%, según las estimaciones actuales) y podremos disminuir nuestra huella de carbón. 

  5. La electrificación permitirá un modelo energético más inclusivo, ya que los abaratamientos de los costes de producción beneficiarán especialmente a los hogares con bajos recursos. 

  6. La electrificación contribuye de manera indirecta a la descarbonización de sectores en los que la electrificación directa es más compleja (como la aviación o transporte marítimo de larga distancia), gracias al hidrógeno verde producido a través de la electrólisis alimentada por energías renovables. 

  7. Las redes de distribución son un elemento clave en el proceso de electrificación, ya que deben garantizar el suministro de electricidad, aprovechando una mayor flexibilidad y digitalización. Los Operadores de Sistema de Distribución (DSO), entidades responsables de distribuir y gestionar la energía desde las fuentes de generación hasta los consumidores finales, representan el primer punto de acceso al sistema eléctrico para muchos nuevos actores, por lo tanto, adoptarán un nuevo y más relevante papel en los sistemas energéticos. 
  8. La inversión en redes deberá aumentar sustancialmente, para adaptarlas a las nuevas necesidades del sector. Así mismo, será necesario diseñar los marcos regulatorios adecuados.  

  9. La tecnología necesaria para llevar a cabo la electrificación ya existe y está en un estado de madurez, pero existen barreras económicas que impiden aprovechar su máximo potencial. El costo de apoyar las tecnologías sostenibles debería figurar en los impuestos generales y no en la factura de la electricidad, ya que los impuestos y gravámenes incluidos en esta conducen a una distorsión en el mercado energético. 

  10. Nuevos actores han entrado a formar parte del mercado de la electrificación, lo que supone un desafío para el sector, pero también supone el aumento de oportunidades y su revalorización. 

 

En definitiva, la electrificación del sector energético en el tramo de consumo final es totalmente viable, gracias a la tecnología de la que hoy disponemos, pero es necesario que los actores implicados tomemos las decisiones necesarias para apostar de manera definitiva por este proceso y trabajemos sin descanso para conseguirlo.